Pocas son las películas de terror de
nueva hornada que me sorprendan. El uso abusivo de efectos cutres
digitales, historias horribles y la mega expansión ridícula de los
mockumentarys y las plagas zombies colman mi paciencia. The Shrine
apuntaba muy mal en el trailer, un tostón de film insoportable. No
se como me atreví pero di el paso y la verdad, salí ganando (en una
de estas contadas ocasiones). Lo raro, es que esa resulta ser la
moraleja de esta historia. Que muchas veces en la vida puedes tomar
una decisión que tu crees adecuada para tus intereses y eso te haga
caer estrepitosamente. Un especie de no te metas donde no te llaman.
Hay que aclarar una cosa sobre ello,
las interpretaciones no matan (tampoco veréis a nadie conocido, solo
carnaza de tele series y tele filmes baratos). Pero el film esta
dirigido de forma muy adecuada, muy bien filmado y fotografiado. Y es
de agradecer el casi inexistente uso de los efectos digitales y
siendo cambiados por maquillajes y efectos artesanales.
Gracias Jon Knautz.
Un mochilero se pierde de excursión
por Polonia. Una investigadora, su compañera y un fotógrafo van
allí para investigar. Acuden al último sitio donde fue visto una
pequeña aldea llamada Alvania. La gente no es amable con los
turistas y a pesar de ser avisados se adentran en el bosque donde un
mal, desconocido y antiguo para ellos , cambiara el rumbo de sus
vidas y hará intervenir a la gente del pueblo.
Un film que recomiendo de última
hornada, muy interesante y con un guiño en un par de partes a Black
Sunday. Con un principio que prometo y consiguiendo aumentar la
tensión desde la llegada al pueblo hasta el clímax final que
seguramente nadie se esperara repleto de sangre.
Jon Knautz nos ha demostrado que
promete y que no es un director encasillado en la comedia
terrorífica. Lo vigilaremos de cerca.
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